Posted by : Unknown martes, 24 de julio de 2012

En el artículo anterior quise demostrar que hay cosas que no cambian y que allá donde vayamos podemos utilizar ciertas preguntas.

Hablamos del qué, cómo, cuánto, etc... y pusimos algunos ejemplos que sólo con verlos y escucharlos nos daban respuesta a estas preguntas.

Por supuesto, este tipo de anuncios está realizado por unos señores muy pero que muy creativos, y nos planteamos si vale la pena que yo me ponga ha hacer todo este trabajo cuándo soy una empresa pequeña o mediana.

La respuesta es sí. Además esta faena podemos medio automatizarla.

De echo, si nos acostumbramos a que nos contesten siempre este tipo de preguntas y las llevamos en nuestro argumento diario la tarea se vuelve más cómoda.

Existen muchas herramientas que nos ayudan con este tipo de labores. Uno de ellos son los llamados CRM (para ventas, marketing y dirección) y ERP (para la parte de administración). Yo os comento la del CRM en la que creamos la base de datos de clientes contestando algunas preguntas: nombre, apellidos, cargo, empresa, teléfono, fax, email, etc... Por norma general nos quedamos aquí, ¿Para que deseamos más información? Pues para lo que os he explicado. Para poder llegar más allá, para personalizar sus propuestas, para incluirlo en la campaña de marketing correcta, para saber que le gusta y no. Por que trabajas en equipo y no todo debe estar en tu cabeza. (Asesor TI o comercial, dirección, marketing, producción, administración.... Todos estáis conectados de alguna manera, y todos debéis conocer al cliente de una manera u otra.) Cuánta mayor información tengáis más sabréis todos de él y mayor será el trato personalizado que reciba, por tanto, mayor será la confianza que deposite en vosotros. Por supuesto, si esta base de datos no se va actualizando no os servirá de nada. Es labor de todos mantener esto vivo!!!!

No se a vosotros, pero cuándo tengo que llamar al banco (aunque primero hablo con una máquina) y me cogen el teléfono diciéndome buenos días Sra. Moreno, mi sensación "saben quién soy, que bien, me siento más tranquilo, me siento más cuidada y más atendida... y sólo me ha dado los buenos días y me ha llamado por mi apellido!!!.

Al final, lo que pretendemos cómo consultores, vendedores, creadores de ideas, gente de publicidad, gente de marketing, es lo mismo, "Queremos que el concepto que estamos vendiendo permanezca en la mente de nuestro cliente o futuro cliente, después de haber recibido nuestro mensaje"


En marketing existe lo que se llama la proposición básica que es dónde la mayoría de creativos trabaja. Consta en escribir un texto obvio e incluir una foto.
¿ Tenéis un periódico por ahí? ¿Queréis que lo comprobemos? 

Vamos a poner un ejemplo:

Nos ponen una imagen de un coche con el head-line que dice "Un coche que lo tiene todo"
Esto lo puede hacer todo el mundo y a esto se llama proposición básica, de echo hasta un niño puede ser más imaginativo y si no que le pregunten a Mariscal con el Cobi...

Pero si en vez de poner la imagen de un coche y ese head-line vemos una foto de un jardín, piscina, una casa señorial al fondo, un mayordomo en la puerta,  y un encabezado que ponga "Adivine que coche tiene en el garaje"
¿No estamos transmitiendo mejor el concepto de coche que "lo tiene todo"?
A esto se le llama ser creativo.

La proposición básica es el argumento del vendedor para convencer al cliente.
Y la parte creativa, lo que hace que seas tú quién imagine el resultado de lo que te exponen sería el envoltorio de la proposición básica.

Otro ejemplo:

"Tú no compras café por su tueste, lo compras por su aroma, su sabor diferencial gracias a su proceso de elaboración en el tueste que consigue un aroma único. "
" El agua no quita la sed. Es la más baja en sodio, da vida, te ayuda a mantenerte en forma."
¿Pero, cómo lo hago yo, si no tengo experiencia?

Cuándo no se tiene suficiente experiencia debemos seguir unos pasos racionales:


  • Primero hacemos una lista con todos los beneficios que ofrece nuestro producto o servicio (así diseñaremos nuestra lista de venta). Así obtenemos las cosas buenas de lo que hace nuestro producto o cosas malas que el producto evita.
Cuándo me explicaron esto la primera vez, me pusieron un ejemplo que yo creo que aún aplica perfectamente:

" Un seguro de vida ayuda a vivir más tranquilo, pero también impide que la familia deba pedir ayuda o malvivir si falta el progenitor"

Así, cada cosa buena ofrecida o mala evitada es una proposición básica.

Para escoger la palabra o palabras más eficaces para vender nuestro producto, lo que debemos hacer ahora es coger esta lista y tachar aquellas que no sean exclusivas de nuestro producto y aquellas que la competencia pueda rebatir con un "Yo también".
Ojo, la competencia puede quitar las manchas cómo tú, pero tu explicas cómo y ella no. Eso también vale! Tu te diferencias por que explicas algo que ellos no podrán usar luego.

¿Quieres acertar en tu decisión?
  1. Intenta crear un anuncio por palabras. Por ejemplo 15 palabras (surgirá la proposición básica)
  2. ¿No ha sido suficiente? Crea una lista con las cosas buenas y malas que ocurrirán según tu decisión y después pon en marcha aquella lista que tiene un porcentaje de cosas buenas mayor.
¿A que no ha sido tan difícil?

Ahora ya podemos crear nuestro anuncio en internet. ¿Probamos a utilizar Adsense?





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